Juantxo López de Uralde: «La clave es reducir el uso del coche»

Acudí a los orígenes del ciclismo urbano madrileño con la romántica intención de probar el elixir de la eterna juventud ciclista. Pero cuando pactamos la entrevista, este ciclista “verde” de los años ochenta, ya me advirtió de su actual distanciamiento y se ofreció a colmar mis expectativas a base de recuerdos. Juantxo López de Uralde (San Sebastián, 1963) cabeza de lista a las próximas elecciones generales por Equo, ex director de Greenpeace España (2001-2010) y uno de los pioneros de Pedalibre, reconoció haber perdido “la rutina”  de la bicicleta urbana,y sospecho que,además, algo de la primigenia ilusión:“No creo que la situación haya mejorado sustancialmente desde entonces”, asiente. Estaba claro que esa ya no era su única guerra.

El pasado día 28, López de Uralde se reunió con Carmena y con la concejala de medio ambiente de su partido, Inés Sabanés, con un objetivo prioritario: Persuadir a la alcaldesa de que Madrid lidere la lucha contra el cambio climático de cara a la cumbre de París del próximo mes de noviembre. “El Gobierno no tiene una hoja de ruta, no tiene un programa, ni siquiera cree que el cambio climático sea un problema”, sostiene. “A nosotros nos gustaría que frente a esta pasividad, las ciudades tomaran la misma iniciativa que tomaron en el asunto de los refugiados. Madrid”, explica, “es el paradigma de una ciudad sucia, que ignora el medio ambiente. Lo bonito que tiene esta situación, es que puede convertirse en una ciudad líder en este cambio radical”, concluye.

¿Se propuso alguna medida en concreto?

“Fue una primera toma de contacto para exponer la idea, aunque hablamos de tres ejes en particular: Movilidad, energía y educación. Carmena, más que en un manifiesto, estuvo interesada en  acciones concretas que pudieran repercutir en cambios en la ciudad más que en gestos mediáticos. Estamos ante una oportunidad para que Madrid cambie”, asegura.

¿Y en cuanto a la Movilidad?

“Nosotros tenemos claro, como parte de nuestro programa, que el principal problema de Madrid para su medio ambiente, para la calidad del aire, es el coche. Hay que actuar en distintos ejes para revertir la situación actual en la que le coche es el amo de la ciudad. Hay que actuar desde el punto de vista de la concienciación de dejar el coche en casa y ampliar las zonas a las que no tenga acceso. Y también”, continúa, “rebajar las tarifas de los transportes públicos, aumentar las zonas peatonales y promover acciones alternativas con el uso de la bicicleta”.

¿Está preparada la bicicleta para asumir un papel importante a la hora de reducir el impacto del coche en Madrid?

“La bicicleta es una herramienta fundamental. Desgraciadamente, mi percepción acerca de su situación no ha cambiado mucho desde esos años ochenta, en que empezamos”.

¿Cuál sería tu propuesta para cambiar esta situación?

“Queremos reunirnos con los colectivos ciclistas y promover las medidas que el propio movimiento social vaya impulsando”.

Resulta sencillo tratar a Juantxo como un “colega” activista, tanto, que, por momentos, uno se deja llevar por la empatía, y conectamos. Le pido una fotografía de su antigua bici y de cuando no tenía barba, para mayor gloria del ecologismo y de la entrevista, y me dice que no tiene. Conserva, como parte de sus multimilitancia universitaria, los recuerdos. Suele contar que le robaron su primera bici,- que le había vendido su compañero Alfonso Sanz, otro pionero-, en el aparcabicis de Agrónomos el mismo día de estrenarlo. “Fue una acción que requirió un gran esfuerzo de movilización y la recogida de un montón de firmas para conseguir algo relativamente pequeño”, explica, “pero, desde entonces, no hemos avanzado mucho”.¿Otra dosis de pesimismo? No me rindo.

Llegado este momento de la entrevista, meto el dedo en la llaga. Una pregunta que se esperaba y que recibe, recibimos, con una sonrisa nerviosa. Le advierto de lo comprometido de su respuesta. No hacía falta.

¿Integración o segregación?

“No, no me voy a posicionar en un lado o en otro (vuelve a reír). He vivido en Amsterdam, con una red de carriles muy tupida pero, lo principal, fíjate, lo más relevante, es que el uso del coche es muy bajo y eso hace que cualquiera de las dos opciones sea factible. Creo que el problema es más la densidad y la intensidad en el uso del coche que una u otra opción, en Amsterdam te puedes mover igualmente por el carril o por la calzada porque casi no hay coches. La clave (respira, al fin) no es un modelo u otro, sino reducir el uso del coche. Hay también otras medidas que se van a ir extendiendo a lo largo de la legislatura. Algo que puede resultar simbólico y pequeño como cerrar el paseo del Prado al tráfico, es una forma de ir generando concienciación y de ir recuperando la calle y la calzada por parte de la gente, por el peatón  y por el ciclista”.

Lo del cierre del Prado me ha recordado aquello del “velódromo popular” de Tierno  ¿Y a ti?

“El problema es que después de aquella iniciativa, aislada, no se ha movido un dedo para avanzar en esa dirección. O estas acciones tiene una continuidad para que la ciudad vaya cambiando, o se acaba convirtiendo en una gota en el océano”.

¿Qué falló entonces para que el alcalde Tierno no continuara con este impulso?

“Convicción”, responde con rotundidad. “El partido socialista nunca ha sido un partido comprometido con el medio ambiente y nunca se lo han creído y, por supuesto, Tierno, tampoco. Más bien, al contrario. Estaba muy lejos de esos planteamientos, el único que podría salvarse era Eduardo Mangada pero enfocó sus actuaciones ámbitos no urbanos. Uno de los grandes errores que cometimos los “verdes”, o que cometió aquella generación”, razona, “fue que hubo un vaciamiento masivo el movimiento ecologista que se pasó a trabajar para el PSOE en las distintas administraciones. Al diluirse en una estructura que no se creía este movimiento, no lo asumieron. Hay casos concretos de políticos visionarios, como el de Odón Elorza, que es un caso puntual, o José Ángel Cuerda, del PNV, en Vitoria, independientemente del partido al que pertenecían”.

He llegado a la sede de la calle Jiloca a pedales, después de comerme el atascazo del lunes posterior a la Fiesta de la Bicicleta. Aparco enfrente, en la calle. Amenaza, y cumple, la lluvia. El coportavoz, junto a  Rosa Martínez, tiene junto a la mesa de un despacho de paredes desnudas dos bicicletas, una Ebita, eléctrica y plegable, y una BH Cambridge, ambas regaladas, que utiliza esporádicamente porque, al trabajo, llega caminando. Las dos tienen pegatinas de su partido, incluso una banderola, lo que, circunstancialmente, acaba de perfilar el sentido que tienen en el proyecto los pedales. “La bicicleta siempre ha sido para nosotros una herramienta, una bandera. Nuestras camisetas llevan el logo de Equo con la bici, nuestras campañas se hacen más visibles con las bicis. Equo Bicis (uno de los grupos de Equo Madrid, coordinado por Maite Pozo) nace de forma espontánea por gente que se mueve en bici y que hace quedadas de manera natural”, concluye, y me tranquiliza. Acabo de comprender que estaba confundiendo el contenido, la bici, con el continente: El cambio climático y la contaminación de Madrid, por no ir más lejos.

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¿Que da más votos, la bicicleta o el coche?

“El coche, sin lugar a dudas. Por eso todos lo partidos apuestan por el coche. No hay más que ver la que está cayendo con el escándalo de Volkswagen y cómo se callan todos, o incluso lo defienden”.

¿Tu creías a los fabricantes de coches cuando decían que sus vehículos eran tan limpios?

“Yo nunca he creído que los coches fueran limpios”.

Pero, lo decían en los anuncios y lo ponía en los folletos…

“Podrían fabricarlos mucho más limpios y eficientes, porque la tecnología existe. Ya lo decíamos desde Greenpeace hace muchos años, pero los intereses económicos impiden que no se adopten las medidas. Aquí, los sindicatos han servido a los intereses de la industria defendiendo los puestos de trabajo a toda costa. Es un drama, un bucle difícil de romper, que se quiebra con la acción política y con la individual”.

He echado de menos una respuesta ciudadana de ciclistas y peatones.

“En muy contadas excepciones, como el Prestige, los escándalos ambientales en España no tienen respuesta. Esa es nuestra tragedia, vemos pasar una crisis ecológica que es la gran ignorada, que parece que no es prioritaria…esa es nuestra realidad. Por eso existe Equo.Si los grandes partidos hubieran levantado esta bandera con firmeza, más allá de la pura imagen, Equo no existiría. No hay cambio en los grandes partidos”.

Le pregunto por la Fiesta de la Bicicleta.

“Es un evento puntual que no ha servido para reivindicar nada como, por ejemplo, ha hecho la Bici Crítica. No ha servido para concienciar acerca de la utilización de la bicicleta a diario en la ciudad”

¿Seria una decisión valiente por parte de Ahora Madrid cambiar el concepto de la Fiesta tal y  y como existe en la actualidad?

“Las “fiestas” y los “días” celebran cosas que son marginales. El principal cambio no va con la Fiesta, el cambio es que la política sobre la bicicleta impulse y promueva ese el cambio. Tendría sentido si esas cien mil persona usaran la bici al día siguiente. Ese es el reto, que toda la gente que la saca en domingo la use a diario”.

Una alcaldesa que monte en bicicleta: ¿Es tan importante?

“El hecho de montar en una bicicleta y saber circular entre coches ya te hace cambiar el punto de vista y las necesidades del ciclista urbano. Es un aspecto a tener en cuenta, más allá de la imagen”.

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