Bicis, nieve y el legado de Filomena

Hoy no vamos a hablar solo de bicis. La ocasión merece algo mucho más «profundo». Y es que este espacio siempre ha tenido lugar para la crítica, no solo para hablar de ciclismo como entrenamiento, o como ocio, o para niños. Y es que hace 10 días y nuestra ciudad sigue sumida en un tremendo caos. Si, señor Alcalde, le guste o no, con o sin excusas, Madrid, 10 días después del paso de Filomena, sigue con calles por las que no ha pasado nadie a quitar nieve, o por las que tampoco han entrado camiones a recoger la basura, colegios con problemas de acceso y/o estructurales… Y todavía nos dice que va para largo.

Yo no entiendo mucho de nieve. Como ningún madrileño. Porque efectivamente aquí apenas nieva y, por suerte o por desgracia, apenas cuajan los cuatro copos que caen. Pero sí he visto en estaciones de esquí que las quitanieves pasan cuando nieva. Aquí no vimos ninguna. Que se hace acopio de sal y se extiende antes de que todo se quede intransitable por nieve o hielo. Y aquí, en mi barrio, sí he visto montículos de sal, en esquinas, sin esparcir. No digo que no se hubiera notado el temporal, eso es imposible, digo que se podría evitar que 10 días después sigamos con los niños en casa, carriles cortados y calles impracticables.

Y en esto de Filomena, descubrimos lo divertido que es un Madrid peatonal. Bloqueado y a la fuerza, pero muy divertido. Hubo gente que se recorrió distancias impensables, con trineo, esquís o tabla a cuestas, para tirarse por una pendiente de 20 metros. ¡Bendita locura! Seguramente los mismos que luego, cuando to esto pase, cogen el coche para ir a comprar el pan y un par de cosas más. Eso si que es una locura.

En cuanto a las bicis, comprobamos, gracias al video viral con final inesperado del dueño de una conocida tienda de Madrid, que se debe tener cuidado, que en el hielo resbala tanto un peatón como un ciclista. Por muy gorda que sea la rueda de nuestra bici. Y también comprobamos, que una vez abierto un pequeño carril y con las plazas de aparcamiento imposibles para cualquier vehículo normal, la bici, de nuevo, es el mejor medio de transporte. Cuidando la equipación, que ha hecho mucho frío, pero rápido, seguro y efectivo.

Y la parte menos bonita: Cuidado con la sal. Con toda la sal que ahora si están utilizando, que se mezcla con el agua que se produce al derretir la nieve, nos encontramos con una mezcla hipersalina que es muy perjudicial (corrosiva) para nuestro material. Estos días si es recomendable que tras cada salida demos un agua a la bici. Si no, lo pagaremos a la larga.

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