DESCONTROL de OFO en LAS TABLAS.

Madrid, a 10 de noviembre de 2017.

Hace poco más de un mes que la empresa china de bikesharing OFO aterrizó en el madrileño barrio de Las Tablas con 50 unidades y ya hemos podido comprobar como algunas de sus ventajas pueden convertirse en inconvenientes y como la política de promoción elegida, que permite usos gratuitos al alcance de menores, no está siendo precisamente la más adecuada. En nuestra opinión, debería cancelarse antes de que tengamos que lamentar alguna desgracia.

Entre sus ventajas, y en contraposición al servicio público de BiciMAD que necesita puntos de anclaje/estaciones para hacer uso de las bicicletas, las OFO se pueden localizar y desbloquear en cualquier sitio a través de una sencilla aplicación de móvil. Debido a los códigos promocionales y la no obligatoriedad de darse de alta en el servicio hasta el mes de diciembre, muchos menores, con y sin ayuda paterna, incluso desbloqueándolas por la fuerza, están usando estas golosas bicicletas sin estar autorizados a hacerlo y sin tener responsabilidad alguna por el uso que hacen de ellas. Así, no es de extrañar que un buen número de estas bicicletas sean objeto de vandalismo y sean propensas al robo de piezas, principalmente de la imprescindible pata de cabra y de los manguitos.

Aunque la compañía hace referencia a un supuesto servicio de vigilancia que controla y sanciona este tipo de infracciones de uso, y que retira las defectuosas, la realidad, es que los chavales hacen lo que les da la gana con las amarillas, poniendo en muchas ocasiones, su integridad física en peligro. Desde hace varias semanas, resulta frecuente verlos circular por las aceras o por la calzada en pandillas, usándolas de dos en dos, cruzando los pasos de peatones sin desmontar y a toda pastilla, saltándose los semáforos en rojo o, directamente, tirándose por los terraplenes de los parques. Aunque todas las bicicletas tienen las reglamentarias luces delantera y trasera, que los hace visibles cuando cae la tarde, casi ninguno de ellos, ojo Policía de Madrid, ojo padres, hace el uso del casco, obligatorio para menores de 16 años en vías urbanas.

Una pandilla de chavales, fuera de foco, ha quedado para dar unas vueltas por el barrio. Algunas de esas bicis, saboteadas.

Otro gran problema, es el uso indiscriminado de las aceras y demás zonas peatonales para “estacionarlas”, así como la más que previsible ocupación invasiva de los aparcabicis concebidos para candar las bicicletas particulares. Aunque la compañía hace mucho hincapié en este asunto, sabedora de que esta es su peor carta de presentación en las ciudades en las que ya se ha implantado, y que se protegen como pueden de la invasión, durante la últimas semanas hemos podido ver muchas bicicletas aparcadas en el medio de la acera, en el portal de mi casa, apoyadas en las paredes o, directamente, en el suelo por no tener la pata de cabra. Por si fuera poco, la base principal de OFO en el barrio se encuentra en la estación de Cercanías de Fuencarral y, lejos de dar ejemplo y aparcarlas en la calzada, la caballería china ha hecho de la acera su territorio. Y todo esto teniendo en cuenta que en el barrio de Las Tablas tan sólo hay cincuenta bicis en circulación. ¿Qué sucederá cuando haya quinientas? ¿Existe una manera eficaz de controlar el aparcamiento?

Con todo, el principal problema que están generando estas bicicletas, y que corre riesgo de convertirse en una lacra para la convivencia con los peatones si se generaliza en toda la ciudad, es que la práctica totalidad de los usuarios adultos que he visto circulan por las aceras, infringiendo la Ordenanza de Movilidad vigente.

A pesar de la mayoría de ellas tiene ya tres marchas, que permiten desenvolverse con cierta normalidad en terrenos llanos o con escasa pendiente, y cubrir con soltura y sin apenas sudar trayectos que no superen los tres o cuatro kilómetros, da la sensación de que estos usuarios ocasionales no tienen la confianza, ni probablemente la educación necesarias, para circular con el resto de vehículos por la calzada. Nada que ver con la seguridad y confort de marcha que proporcionan unas BiciMAD que cada vez parecen más lejos de Las Tablas y que, no me canso de advertirlo, corren el riesgo de sucumbir al descontrol amarillo.

Texto y fotos por @deteibols

 

 

 

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