Bici vs. coche: por qué el cicloturismo puede salvar el planeta (y mejorar tus vacaciones)

Viajar en bicicleta reduce hasta un 99 % las emisiones de CO₂ frente al turismo en coche. Así de simple. Así de contundente. Pero más allá de los porcentajes, esta diferencia nos obliga a repensar cómo nos movemos, cómo viajamos y, sobre todo, cómo queremos que sea el futuro del turismo.

En madridenbicicleta.es, no solo hablamos de moverse por la ciudad sobre dos ruedas. También exploramos cómo la bici transforma nuestra relación con el territorio, el medio ambiente y nosotros mismos. Por eso hoy nos preguntamos:

¿Qué impacto tiene realmente el turismo en coche comparado con el cicloturismo?


La bicicleta: el transporte más limpio (y más humano)

Según el informe Las Cuentas de la Bicicleta (ConBici, 2024), un ciclista emite apenas 2,2 gramos de CO₂ por kilómetro y persona. Este dato incluye incluso la energía adicional que necesita nuestro cuerpo para pedalear, así como el impacto ambiental de fabricar una bicicleta.

Los datos mejoran aún más en estudios como los de ADEME (Francia), que muestran cifras aún más bajas para el cicloturismo. Incluso en el caso de las bicis eléctricas, que requieren batería, las emisiones apenas se sitúan entre 10 y 20 g de CO₂ por kilómetro. Sigue siendo un impacto muy bajo si lo comparamos con cualquier coche moderno.

¿Y qué pasa con el coche?


El coche: emisiones ocultas y una huella imposible de ignorar

La Agencia Europea de Medio Ambiente calcula que los coches nuevos vendidos en 2023 emitían de media 106 g de CO₂ por km, considerando solo lo que sale del tubo de escape. Pero si sumamos la fabricación del vehículo y la producción del combustible, la cifra real se dispara hasta los 170 g de CO₂ por kilómetro y persona, según Our World in Data.

Incluso compartiendo vehículo, la media sigue siendo alta: entre 110 y 140 g de CO₂ por km y persona. Y si a eso le añadimos atascos, ruido, consumo de suelo y contaminación del aire, el balance se vuelve aún más negativo.


Comparativa real: 700 km de vacaciones

Pongamos un ejemplo práctico. Imagina unas vacaciones con:

  • 500 km de ida y vuelta
  • 100 km adicionales de desplazamientos locales

En coche, una persona emitiría unos 187 kg de CO₂.
En bicicleta, esa misma ruta supondría apenas 2,2 kg de CO₂.

👉 Diferencia: 184 kg menos por persona.

Para ponerlo en contexto: eso equivale a no usar electricidad en tu casa durante casi dos meses. Y si viajan dos personas, el ahorro de emisiones se duplica.


¿Y si cambias tu forma de viajar?

Más allá de los datos, la clave está en replantear cómo nos movemos. El turismo tradicional, con coche, avión o crucero, ha incrementado sus emisiones un 3,5 % anual en la última década. La Unión Europea, en cambio, quiere reducirlas al menos un 10 % anual para cumplir los objetivos climáticos. Si seguimos así, no llegamos.

Y aquí es donde el cicloturismo no solo aparece como una opción válida:

Es una solución real, asequible y accesible.

Además, el cicloturismo tiene otros beneficios:

  • Mejora la calidad del aire
  • Reduce el ruido en zonas rurales y turísticas
  • Evita atascos y congestión en temporada alta
  • Genera economía local sostenible
  • Permite combinar tren + bici, multiplicando opciones sin multiplicar emisiones

Madrid y cicloturismo: una combinación posible (y necesaria)

En la Comunidad de Madrid tenemos recursos inigualables para fomentar un turismo en bicicleta:

  • Las Vías Verdes, como la del Tajuña o la del Tren de los 40 días
  • El Camino de Uclés o el Camino de Santiago madrileño
  • Las zonas de la Sierra Norte o el Parque Regional del Sureste, ideales para rutas de varios días
  • Estaciones de tren conectadas con rutas ciclistas para escapadas híbridas (tren + bici)

Y lo más importante: cada vez más alojamientos y pueblos están preparados para recibir a cicloturistas.


Turismo regenerativo: pedalea y deja huella… positiva

A diferencia del turismo masivo, que muchas veces destruye lo que va a visitar, el cicloturismo permite crear una relación más íntima y responsable con el entorno. Cada pedalada cuenta, no solo en la cuenta de CO₂ que evitamos, sino en la conexión que creamos con el territorio.

Las rutas como EuroVelo, el Camino del Cid o las propias iniciativas locales como Pedal Spain, están contribuyendo a construir un nuevo relato: uno donde el viajero no sea un consumidor, sino un explorador que deja valor a su paso.


Conclusión: elige pedalear, elige futuro

Un viaje en bicicleta emite hasta 80 veces menos CO₂ que uno en coche. Y además:

  • Es más barato
  • Es más saludable
  • Es más divertido
  • Es más consciente

La próxima vez que planees unas vacaciones o una escapada desde Madrid, pregúntate:

¿Y si en vez de llenar el depósito… hincho las ruedas?

Quizás descubras que el mejor viaje no es el más lejano, sino el más lento y cercano. Uno que puedes disfrutar con los cinco sentidos… y sin contaminar.

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