Eso es lo que precisamente le ha pasado a un australiano que, en un momento dado, ve como sus pedaladas le han llevado directamente entre una manada de canguros que le observan fijamente y en silencio (a todo esto ¿Qué sonido hacen los canguros?) y que sólo se mueven para alejarse un poco al creer que el ciclista va hacia ellos.
En España, evidentemente, esta situación podría darse con cualquier otro animal, no con canguros. Y, en mi caso, lo más cerca que he estado de una situación parecida sucedió hace un tiempo en el entorno de El Pardo cuando de repente me vi encontré con un rebaño de ovejas.