Lo nuestro es dar pedales, sentir el aire fresco en la cara y disfrutar de cada ruta (o paseo) sobre nuestras bicicletas. Pero… ¿Qué ocurre cuando el aire en la cara es más frío que de costumbre? ¿O cuando estamos teletrabajando y no podemos disfrutar de ese paseíto yendo al trabajo en bici?
Normalmente pensaremos «bueno, la primavera en realidad está a la vuelta de la esquina», «ya volveré a coger la bicicleta cuando retome el trabajo presencial»… Pero os puedo decir por experiencia propia que, tras unas semanas de parón, vamos cogiendo peso, cada vez da más pereza pensar en enfundarse la «ropa de trabajo» ciclista y podemos caer en el abandono lo que se traduce en, cada día que pasa, mayor sacrificio por volver a la rutina.
Por eso, quiero compartir con vosotros la experiencia de un compañero de grupeta, ciclista urbano empedernido, que tenía una bicicleta estática en casa pero que con esto del confinamiento tuvo la mala suerte de que se averiara y tomó una decisión: Ir a clases de spinning.
Y su principal motivo no es mantenerse en forma. Para eso también puedes recurrir a un rodillo, pero como compartió con nosotros, al menos el traslado al gimnasio (también en bici) para dedicar una hora a una clase de ciclismo indoor, le da vidilla. Compartir ese rato con más gente (aunque el aforo esté limitado) lo hace más llevadero que tratar de acoplar una ruta, que además, en entorno urbano se hace aburrido a la tercera salida.
Este amigo además se está viciando y ya está buscando los mejores gimnasios en lo que a spinning se refiere. Y es que la diferencia entre unas clases y otras son abismales. Y, además, las medidas de cada gimnasio son claves para practicar este ciclismo indoor de manera segura.
En cuanto a la equipación para practicar el spinning, es lo mismo que ya utilizamos en nuestras rutas: maillot y culotte. Solo hay que tener en cuenta que al realizar esta actividad en interior, como cuando hemos recomendado el rodillo, debemos llevar una toalla, por higiene, para secar el sudor y, por otro lado, un bidón y beber mucha, mucha agua.