Ya sea porque «las bicicletas son para el verano», por la pandemia y evitar un posible contagio en el transporte público o porque estás super concienciado con el medio ambiente, que ayer precisamente la ONU dijo que el cambio climático ya es irreversible. Ha llegado ese momento de tu etapa personal en el que quieres, te apetece, comprarte una bici.
Pero cada situación es un mundo. Igual estás en ERTE, o directamente has perdido tu trabajo, estás teletrabajando y no sabes exactamente cuánto vas a utilizarla. El caso es que prefieres no invertir en una bicicleta nueva, sino que has decidido examinar el mercado de bicicletas de segunda mano.
¿Y por donde empiezo?
Bien, hoy en día todos conocemos Wallapop o milanuncios. Directamente buscamos en google, o abrimos la app o la web y empezamos a buscar. Lo primero que tenemos que tener claro es el tipo de uso que le vamos a dar y la bici que necesitamos para ello. ¿Vas a ir a trabajar con ella? ¿Quieres salir con amigos en plan deportivo? ¿Te va la carretera o la MTB? ¿Y una de gravel? ¿Eléctrica?. Bien, con todo esto claro, yo empezaría por buscar modelos de marcas conocidas como si fuera a comprar una bicicleta nueva, en la web de alguna tienda online, como bikeandbici.com, o directamente de la marca.
Como los modelos apenas cambian de nombre cada año, la idea es elegir el modelo que te gusta y buscar directamente por ese nombre. Encontrarás versiones de otros años, seguramente en combinaciones de color diferentes, con un montaje un pelín inferior, pero a un precio, seguro, muy competitivo.
Ya tengo claro la marca y modelo…
El siguiente paso es fácil, contacto, consulto si está disponible y cerrar una cita con el vendedor para echar un vistazo a esa bici que me ha gustado. Eso si, lo primero sería tratar de asegurarnos que no sea una bicicleta robada. ¿Y cómo me aseguro de esto? Todas las bicis y sus dueños tienen un vínculo. Un vínculo muy fuerte, son vivencias desde el momento de la compra, en cada kilómetro recorrido. Así que, como norma general mi consejo sería que no te fíes si el vendedor no te cuenta ninguna historia relacionada con la bici o pequeños detalles que solo se encuentran tras el uso exhaustivo. Si te la vende con un simple «cambio de bici», directamente sospecha.
Porque tenemos claro que no queremos comprar bicicletas robadas. Básicamente porque no queremos que a nosotros tampoco nos pase.
La cita
Estás nervioso. ¿Aparecerá? ¿Cómo estará la bici? ¡Espero que esté nueva! ¿O me va a engañar?. Todo lo que se nos puede pasar por la cabeza cuando hemos quedado con alguien para comprar cualquier cosa de segundamano nos hace darle vueltas a cosas inverosímiles. Sobretodo si antes nos hemos asegurado que la persona en cuestión tiene reseñas positivas. Y, también, si hemos intercambiado el número de teléfono y hemos tenido la ocasión de hablar con el vendedor.
¿Y en esa cita que es lo importante que tenemos que ver? Tenemos que tratar de buscar marcas de golpes claros y evidentes. Signos de desgaste de cassette y que tanto los bujes como el grupo que monte, rueden perfectamente, sin frenarse. Todo lo demás (ruedas pinchadas, un sillín malo o cubiertas desgastadas) tiene arreglo fácil y rápido. Es importante que si la persona que te vende la bicicleta de segunda mano no quiere que te des una vuelta en ella, no insistas. La bici es una bici, pedaleas y anda, es así. No hay nada que no puedas probar sin montarte en ella. Y si montarte en ella es clave para que tomes la decisión… Pues a por otra.
Si la bicicleta cuadra perfectamente con lo que estás buscando, enhorabuena, podrás volver a casa pedaleando (o en tu coche con la bici dentro) y estarás estrenando bici al día siguiente seguramente, el próximo fin de semana sin falta.
Espero que os haya gustado este resumen os haya gustado. ¿Tenéis una anécdota curiosa sobre una compra de una bici de segunda mano? ¿Algún consejo? ¡Queremos leeros!