Envidia, mucha envidia, eso si, de la sana, es lo que me produce ver noticias como estas. Y es que la capital de Dinamarca estrenará autopistas para ciclistas desde y hacia la ciudad. Los 20 gobiernos locales se han unido para desarrollar una red de carriles bici que esperan incremente el tráfico de dos ruedas por lo menos un 30%.
De momento llevan 22 kilómetros construidos, pero cuando se completen estaremos hablando de 26 vías y un total de 300 km que contarán con sus zonas de descanso correspondientes. Carriles perfectamente señalizados que correrán en paralelo a las autopistas «reales» (las de los coches), o, en función del trazado, a lo largo de campos y lagos, siempre cerca de estaciones y paradas de transporte público. Tendrán su propia señalización específica así como estaciones de servicio para los ciclistas que las utilicen.
La idea, según el concejal técnico y de medio ambiente, es hacer más seguro el desplazarse en bici, principalmente sin mezclar el tráfico de coches y de bicicletas en los mismos carriles. Incluso que se puedan evitar semáforos durante distancias más largas.
A ver si tanto los responsables de nuestras ciudades toman nota, y algunos usuarios también, ya que, si se pretende potenciar el uso de la bicicleta en Dinamarca, país con temperaturas medias mucho más bajas que las nuestras, muchos más días de lluvia y nieve, resulta curioso ver cómo aquí mucha gente sigue renegando de coger la bici porque Madrid «no es una ciudad preparada para la bici».
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