En Semana Santa me desplacé a las Rias Baixas, la conocida como península do Morrazo (Cangas, Moaña, Bueu, Aldán…) y pude «disfrutar» de algunas rutas de la zona.
Mucha lluvia, zonas de barro, pistas forestales convertidas en ríos, piedras resbaladizas por el agua, rampas del 20% de desnivel entre rocas, senderos que se convierten en zonas de hierba alta y salvaje y bancos de arena de playa que te atrapan. Toda una experiencia en un entorno único, paradisíaco para la bicicleta de montaña.
Esta es la primera ruta que seguí (Aldán – Barra – Donón – O Facho – Hío – Aldán) con algún kilómetro demás porque me quedé sin batería en el móvil. Gracias a unos ciclistas gallegos pude continuar sin perderme completamente.