En E-Mtb por la Sierra Norte de Madrid

Descubriendo las bondades de las bicicletas de montaña eléctricas en la Sierra Norte de Madrid

Esta Semana Santa tuve que cancelar un viaje a la playa. Total, tampoco iba a hacer un tiempo espectacular. Así que decidí aprovechar mis vacaciones para descubrir las maravillas de la Sierra Norte de Madrid a través de una bicicleta de montaña eléctrica. Normalmente soy ciclista de carretera, tuve y MTB hace años pero hacía tiempo que no me iba a la montaña. Así que alquilé una bicicleta eléctrica de montaña, la monté en el coche y me organicé un plan de varios días.

La llegada

Mi primera etapa fue la encantadora localidad de Buitrago de Lozoya. Un lugar con calles estrechas, casas con encanto y una naturaleza impresionante. Cuando recogí la que sería mi compañera de ruta, a pesar de tener experiencia con bicicletas eléctricas, no pude evitar sentirme como un niño con zapatos nuevos. ¿Cómo sería el salir de ruta por la montaña con la ayuda de un motor?

Ventajas de las eléctricas en la montaña

Mientras me adentraba en el corazón de la Sierra Norte, la e-MTB me mostró sus ventajas:

Asistencia en subidas: En las subidas más empinadas, cuando cambias rápido de bajar a subir, en los terrenos más difíciles, es como si te empujaran. No digo que se suba sin esfuerzo, pero si me ha librado de echar el pie a tierra en muchos momentos

Menos fatiga: Al final del día, poder acumular kilómetros sin cansarte y poder volver a pedalear al día siguiente es maravilloso. De hecho, con una eléctrica puedes empezar a plantearte, a mi edad, hacer rutas de varios días.

Anécdotas globeras

Durante mi viaje, viví algunas experiencias que no olvidaré:

Arrancando las pegatinas, para dar luego media vuelta: el segundo día, por la zona de La Pedriza, Manzanares el Real, soplaba mucho viento. Era un día de esos incómodos. Veo a lo lejos a un ciclista en el camino de tierra. Con el viento iba a paso de tortuga, así que le iba a coger más pronto que tarde gracias a la asistencia al pedaleo. El caso es que veo que se desvía a la derecha por un camino, con mucha pendiente, de hormigón rayado. «A por el», pienso. Giro y me lo encuentro clavado, parado. Y el caso es que yo casi me voy al suelo entre el agarre del hormigón y la pendiente. El caso es que entre el pedelec y que, por puro orgullo tenía que subir si o si, tiro a duras penas. Cual es mi sorpresa que arriba hay una reja. Hago como si me conociera la zona e intento abrirla… Pero está cerrada. El compañero ciclista me mira desde abajo con media sonrisa. Me tocó bajar, pasar delante de el, despedirme y seguir con el rabo entre las piernas.

Día de piernas: ¿Sabes estos días que se te olvida algo al salir de ruta y por pura pereza y no volver a subir ya tiras? Bien, pues una noche se me olvidó poner a cargar la batería, y ese día, en Patones de Arriba, me quedé seco. Sin batería. Y la MTB eléctrica tiene un peso como para olvidarse. Me costó muchísimo llegar de vuelta al coche. Así que, ya sabéis: No os olvidéis cargar la batería cada día y llevarla siempre cargada.

Conclusiones

Estas rutas por la Sierra Norte de Madrid a bordo de una bicicleta de montaña eléctrica ha sido fantástico. Por todo. Por volver a una MTB, por cambiar la carretera por el bosque. Además me introdujo a las e-MTB, que son una herramienta increíble para hacer del ciclismo de montaña una actividad más accesible y disfrutable.

Y solo recordar que las bicicletas eléctricas no son una «trampa al solitario» para evitar hacer ejercicio, sino una ayuda para enfrentarnos a los retos del ciclismo de montaña. Si algún día tienes la oportunidad de probar una e-MTB, no lo dudes, aprovéchala. ¿Y vosotros? ¿Alguna experiencia reseñable que queráis compartir en bicicleta eléctrica de montaña?

Escrito por
bigsome@gmail.com
Ver todos sus artículos
Escrito por bigsome@gmail.com