Réplica al artículo de El Mundo.es de Pedalibre

El pasado sábado día 24 se publicó en http://www.elmundo.es/ un artículo titulado «El difícil equilibrio de armonizar la bicicleta y los vehículos a motor» (*), firmado por Antonio Rodríguez, en el que se recogían una serie de declaraciones de Iñaki Díaz en representación Pedalibre. Al margen del que el artículo era bastante tendencioso en contra de la integración de la bicicleta en la movilidad de Madrid, contenía un ladillo tan categórico, «Las organizaciones ciclistas quieren un carril específico para bicicletas», que, a la vista de que solamente se recogía el testimonio de una de ellas, Pedalibre, me llevó a solicitar al redactor de la noticia que citara cuales eran esas «asociaciones» a las que se refería, queriendo dar, en mi opinión, una sensación de general aprobación a los carriles ciclistas en Madrid. Y, como activista atento a la materia, me consta que no es así. Hasta el momento, no he recibido respuesta a mi requerimiento por correo electrónico.

A raíz de las categóricas y segregacionistas declaraciones, supuestamente de Iñaki, entrecomilladas, inicié un debate en Twitter, por momentos acalorado, que levantó ampollas entre los que estamos en contra de esta postura. Y, hasta cierto punto, fue una respuesta consecuente, ya que los argumentos tipicamente cochistas, como son los conflictos, el miedo, la segregación en toda la ciudad o los daños a la salud, estaban haciendo eco en un defensor de la bicicleta frente al coche. En mi caso particular, le pedí al veterano ciclista que «lo matizara», pero, lo reconozco, prejuzgué esas declaraciones, y voy a intentar expresar bien mi idea, como consecuentes dentro de una «deriva» encaminada en esa dirección más que en la contraria. Desde Enbicipormadrid, «mataron» al mensajero y rompieron una lanza en favor de Iñaki, lo cual, una vez más, les honra y dice mucho de su temple.

A primera hora de este lunes, Iñaki, categórico, asegura vía Twitter que no dijo «eso ni nada parecido. No sé de dónde lo ha sacado el periodista. Creo que ha proyectado sus propios prejuicios» y que el artículo «no refleja en absoluto» lo que habló con el redactor. Como quiera que se trata de una contundente negación de lo publicado, le ofrecí esta web para rectificar -y yo con él si fuera necesario- y le insté a que pidiera explicaciones al redactor y a la publicación.

A continuación se reproduce íntegro el texto enviado por Iñaki Díaz a madridenbicicleta.es en nombre de Pedalibre.

«Preguntado por los Ciclocarriles, mencioné que tienen pros y contras, como cualquier otra herramienta, y los enumeré, a grandes rasgos. Esto está medianamente bien recogido en el artículo (no entiendo lo de que «no contaminan», pero es un detalle menor…), aunque lo que mencioné como principal «contra» fue el efecto disuasor que tienen sobre mucha gente que no se atreve a usarlos. Esto ha sido recogido de forma un tanto catastrofista en la redacción del artículo pero no es lo más desafortunado. En cualquier caso, es una realidad que debo mencionar. Es una opinión que recojo de la gente, de la sociedad, y obviarla sería irresponsable y contraproducente.
Lo peor de la redacción del artículo viene a continuación: el periodista malinterpreta (o mal-redacta) mi comentario sobre la continuidad de los Ciclocarriles. Lo que expresé fue que una pega importante de la implementación (que no de la idea) de los Ciclocarriles es su falta de continuidad, obligando al Ciclocarril a cambiar de carril físico según aparezca o no el carril preferente (bus-taxi-moto) a la derecha, obligando a quien siga el Ciclocarril a una maniobra de cambio de carril continuada, algo que va en contra de la propia lógica del tráfico y que propicia situaciones de riesgo, inherentes a toda maniobra de cambio de carril, máxime cuando la realiza un vehículo con escasa velocidad punta y tamaño, como es una bici. Expresé lo importante de los Ciclocarriles fueran continuos, en el sentido de que debieran estar implementados sobre el mismo carril de circulación a lo largo de toda su longitud.
En ningún momento dije que crear carriles bici por toda la ciudad fuera una solución, ni siquiera una opción. No pienso tal cosa, jamás lo he pensado y jamás lo he defendido públicamente. En privado tampoco. La frase donde se menciona tal idea ni siquiera es una cita, no puede serlo. Es una redacción del periodista que no refleja ni la literalidad ni el espíritu de la conversación. Con o sin mala fe, este párrafo supone una manipulación.
Aunque no recuerdo la literalidad de la conversación, dudo mucho de que la cita sobre la posición del ayuntamiento en cuanto a gasto y gestión de espacio sea fiel. Desde luego, no se corresponde a las ideas que expuse en la conversación. Comenté que restar espacio dedicado a coches es una medida delicada para cualquier gobierno por la presión de los grupos de poder que no quieren que eso suceda y que es algo que entendemos que se afronte con pragmatismo y cautela, aunque también mencioné que esperamos más audacia de las instituciones y, en lo que nos toca de cerca, del ayuntamiento de Madrid.
Mis afirmaciones sobre los efectos de la contaminación y los atascos son correctas pero están sacadas de contexto al ir ligadas a la supuesta solicitud de «un carril específico» cuando, en realidad, eran comentarios sobre lo injusto y desproporcionado de la situación actual.
Sobre las vías ciclistas específicas, igual que sobre los Ciclocarriles, hice un resumen de sus pros y contras, entre los que incluí (entre los «pros») el factor de equidad que aportan al evitar que las bicis tengan que soportar atascos que no provocan.
Hay otras numerosas incorrecciones, como la mención a la anchura de los Ciclocarriles o la referencia al adelantamiento dentro de un atasco.
El artículo, en su conjunto, es pésimo. Posiblemente, escrito con una agenda previa enfocada a crear polémica y embarrar el campo de juego, presentando a las bicis como un problema. Por desgracia, esto es habitual en los medios de comunicación. Animo a las personas interesadas en el tráfico ciclista a que no den a este tipo de publicaciones una validez que no tienen y no les sirvan de altavoz.»

(*) http://www.elmundo.es/madrid/2015/10/24/562bbb7946163f3a208b45b2.html

por @deteibols

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